No hay duda de que la miel de abeja tiene el poder de matar bacterias. Los estudios han demostrado que es eficaz contra docenas de cepas, incluidas E. coli y salmonella. Se ha demostrado que un tipo específico de miel de Nueva Zelanda, llamada miel de Manuka, junto con la miel de Tualang de Malasia, combate el estafilococo y la bacteria digestiva responsable de las úlceras pépticas, H. pylori.
¿Qué hace que la miel de abeja sea antimicrobiana? La mayoría de las abejas depositan peróxido de hidrógeno en la miel mientras sintetizan el polen de las flores. Agregue que la miel es naturalmente ácida y tiene una receta con propiedades antibacterianas.
Eso explicaría el papel centenario de la miel de abeja para acelerar la cicatrización de heridas y tratar las molestias gástricas. Efectivamente, la ciencia moderna ha demostrado la eficacia de la miel en el tratamiento de úlceras, úlceras de decúbito, quemaduras, llagas en la piel e inflamación. Incluso se sabe que la miel cura heridas que no responden a los antibióticos, aunque se debe tener cuidado para asegurarse de que la miel esté libre de contaminantes.
Fuente: CNN Health
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